La Felicidad da mucho de que hablar, todo los movimientos humanos se hacen por buscarla, el tener hijos, el tener una pareja, un coche… Se esconden muchos deseos detrás de la felicidad, tiene muchos recodos eso que llamamos felicidad, ¿a que llamamos felicidad?, ¿qué grados se pueden ver de sinceridad o entendimiento en ella?
La Felicidad es el motor humano que nos moviliza, en un aspecto negativo y máximo, es la que nos vuelve neuróticos, la que nos vuelve drogadictos, aberrantes sexuales, la que hace matar y nos vuelve violentos.
Si realmente pudiésemos ver la bondad que hay en el corazón de todas las personas (el saber que cada uno busca el bien, pero que desde la identificación, ese bien es personal) otro gallo cantaría. La identificación hace que la felicidad sea paranoide y personal, cuando es así, no existe la felicidad, existen las dependencias y los miedos…
La felicidad no es dependencia, no depende de nada, ni de ella misma…, es principio de todo, es armonía, es un gusto, un sabor, todas estas agregaciones son sus “generales”, pero ella es la reina, es por ella todo.
En el aparente exterior vibra toda su belleza, pero no es ella, ahí esta el problema, la buscamos fuera, y está dentro, ¿pero dentro de que? Si cojo un sacacorchos no la encontraré abriéndome la cabeza o el pecho, es algo más profundo, más básico, más íntimo, esencial… Siempre a estado ahí, es por eso que no nos damos cuenta.
Todo estado de Felicidad, procede de la dualidad, desde lo natural no se puede hablar de la Felicidad porque ella es…, uno no va por la calle diciendo que tiene piernas o brazos porque es obvio. Lo mismo pasa con la Felicidad, sólo habla de ella el que vive la dualidad, no la unidad, ya que la felicidad es relación: felicidad-tristeza.
Por lo tanto, la Felicidad Real (más esencial, más base) se manifiesta en un sentido englobador y no personal en el sentido de que todo está bien, todo es un gozo, armonía en si-misma, pero suele pasar que al ser explicada, se a de bajar a conceptos duales, desde donde hay dos, y ahí, el perfume se a caducado, aunque estén muy bien indicados, los aparentes sabores pueden parecer muy buenos, pero el sabor del melón se a de probar para ser vivenciado…
Todo mantiene un orden como base en su estado natural, ese estado natural es la felicidad implícita en todo, todo es disfrute del deleitador no identificado, sólo existe “Boga”(disfrute, gozo) para el iluminado, ya que todo es reflejo de su propia conciencia, no hay nada más.. El aparente sufrimiento es sólo la identificación personal arraigada a través de los sentidos y formas.
El dolor físico no tiene nada que ver con la felicidad, uno puede ser feliz y dolerle las muelas, la muela es la muela y hace su función de avisar de que no va bien, por lo tanto ese bien, ese aviso, es la gran llamada sabia que hay en todo.
“Todo dolor, todo sufrimiento, te está llamando a la felicidad, la felicidad es la base de toda existencia…”
El secreto para ser feliz está en lo más básico que se debería hacer, el estar atento, muy atento, en la atención misma…, ahí no hay nadie que sufra porque el ego se disipa…
La espiritualidad es el único camino para ser feliz, ya que conduce a lo real, cualquier otro camino te lleva al sufrimiento, al error, no se puede ser feliz siendo un yo que hace y dice…
Hasta el asesino más cruel, en su acto busca la felicidad (claro está, una felicidad identificada).
Nada esta funcionando para sufrir, si por lo contrario aparece ese sufrimiento en su aspecto más intenso, se destruye esa forma…
Todo aparente sufrimiento es escuela de felicidad, es el examen divino y bienvenido que prueba al Shadaka (al aspirante espiritual)…, si permaneces estable ante el, has aprobado, si te toca pero lo ves con claridad, se aprueba con un suficiente, pero si te hunde, has suspendido, hay más apegos que demanda o interés por Dios o lo Absoluto (como se le quiera llamar a lo “sin nombre”).
La felicidad no es lo Real, no nos confundamos…, ella es lo más cercano a esa Realidad, dentro de las apariencias…
Ella es inherente en toda forma viviente, es el perfecto bien que hay en todo.
Todo observado como si fuera la primera vez, es sintoma de esa felicidad…
Las personas que, aunque están en su identificación pero rebosan una alegría algo más pura que lo normal, irradian a su alrededor, gustan a todos y atraen un karma positivo o bueno en su compañía (aunque la realidad como hemos dicho, no entiende de buenos ni de malos).
La auténtica felicidad no se puede describir por la persona identificada ya que de lo único que sabe es de poseer, apegarse, y con sus deseos es feliz.
El dolor psicológico nos está llamando a la felicidad, son campanas de aviso de que por ahí no es, que esa no es la dirección correcta, mira porque hay algo que no está funcionando bien. Como decirle a la persona que sufre depresión que está en ella porque quiere ser feliz, como decirle a quien sufre anorexia que la sufre porque quiere ser feliz, como decirle…
Sólo el bien es, no hay dos, aunque está mal dicho, ya que estamos poniendo la palabra bien y entonces también está el mal, pero todos los conceptos espirituales parten de la memoria, son indescriptibles, no son intelectualizables, y cuando se intenta intelectualizar, es por un apego a los conocimientos, no a otra cosa…
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